martes, 26 de agosto de 2008

China tras los Juegos Olímpicos

En plena resaca de unos Juegos Olímpicos calificados por el propio presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, como "realmente excepcionales", son muchos los que mantienen su atención fijada en China y en su futuro. ¿Está ahora este país asiático más abierto al mundo? ¿Ha dado realmente un paso adelante en Derechos humanos?

Las principales organizaciones internacionales que velan por esta materia se han apresurado a asegurar que a China aún le queda mucho por conquistar en el terreno de las libertades. Amnistía Internacional (AI), por ejemplo, ha acusado a las autoridades del país de continuar con la persecución y castigo de activistas y periodistas durante la celebración de los Juegos.

Los Juegos Olímpicos se han desarrollado sobre un telón de fondo de violaciones de derechos humanos

Al mismo tiempo, ha criticado también al COI por empañar el legado de los mismos haciendo caso omiso de los abusos. "Han sido un acontecimiento deportivo espectacular, pero se han desarrollado sobre un telón de fondo de violaciones de derechos humanos, en el que se ha impedido a los activistas expresar pacíficamente su opinión y se ha detenido a muchos sin que hubieran cometido ningún delito”, afirmaba este lunes Roseann Rife, subdirectora del área Asia-Pacífico de AI.

Y es que China no sólo se ha coronado como una potencia deportiva en sus primeros Juegos, sino que en poco más de 15 días ha batido también todos los récords de detenciones por protestas y por censura, lo que incumple sus promesas olímpicas y confirma el carácter autoritario del régimen, según diversas fuentes.

Detenciones y protestas

La embajada de Estados Unidos en Pekín exigió este lunes al Gobierno chino la liberación inmediata de ocho de sus ciudadanos, que se encontraban en detención administrativa de 10 días en la capital china tras participar en protestas pacíficas pro-tibetanas.

Entre ellos estaba el famoso artista de grafiti James Powderly (de 31 años), el creador del blog "Alive in Bagdad", Brian Conley (28), y el reportero gráfico Jeffrey Rae (28). Fueron arrestados junto a otros siete activistas el pasado 20 de agosto. Su delito: desplegar una pancarta de "Tíbet Libre" frente al Estadio Nacional.

China no ha aprovechado la oportunidad de los Juegos para demostrar mayor tolerancia y apertura

"Estamos decepcionados porque China no ha aprovechado la oportunidad de los Juegos para demostrar mayor tolerancia y apertura", indicó la embajada en un comunicado. Horas después, los ocho estadounidenses eran puestos en libertad. Sin embargo, otros dos activistas, la británica Mandie McKeown y la alemana de origen tibetano Florian Norbu Gyanatshang, siguen detenidas.

Por otro lado, la Campaña por un Tíbet Libre informó este lunes de que ha realizado con éxito ocho protestas pacíficas pidiendo la independencia del Tíbet, uno de los asuntos más molestos para el régimen autoritario chino, en las que un total de 55 activistas, la mayoría extranjeros, fueron retenidos y deportados, excepto los que permanecen detenidos.

El Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC), que representa a más de 300 profesionales, ha informado también de que desde la apertura del centro de prensa olímpico el 25 de julio, ha registrado 30 casos de interferencias a reporteros y está verificando otros 20.

Violencia e intimidación

"El FCCC está alarmado por el uso de la violencia, la intimidación y el acoso", señaló su presidente, Jonathan Watts. "El gobierno anfitrión no ha cumplido con su promesa olímpica de que la prensa tendría libertad total para informar", añade. A ello hay que sumar la censura parcial en internet, el acoso a los chinos que facilitaron entrevistas a los corresponsales, las amenazas para no emitir imágenes de protestas y el espionaje a los periodistas.

Otro tanto sucedió con las tres zonas habilitadas para "protestas" con motivo de los Juegos, que no sólo permanecen vacías tras haber recibido unas 77 solicitudes, sino que al menos 15 chinos que tramitaron la solicitud fueron detenidos, entre ellos dos ancianas septuagenarias que serán enviadas a los llamados campos de reeducación por el trabajo.

Mientras, el ministro de Prensa y Publicaciones chino, Liu Binjie, aseguró este lunes que la apertura a la prensa extranjera alcanzada en los últimos tiempos permanecerá una vez finalicen los Juegos Olímpicos.

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